BATALLAS DECISIVAS DE LA HISTORIA ANTIGUA

BATALLA DE QUERONEA, 338 a.C.

BATALLA DE QUERONEA, 338 a.C.

Lic. Miguel Angel García Alzugaray

La Batalla de Queronea es considerada como una de las más decisivas del mundo antiguo. Los ejércitos de Atenas y Tebas fueron aniquilados y no pudieron continuar su resistencia, por lo que la guerra llegó a un final abrupto.

Famosa por su importancia histórica como hecho fundamental para el inicio de la hegemonía de Macedonia en la Hélade, y por ser considerada como el fin de la falange clásica, e inicio de la supremacía de la falange macedónica, esta batalla encierra un verdadero reto a la hora de intentar comprender las situaciones que en la misma ocurrieron. Lo fragmentario de la información, sumado a lo contradictorio de algunos datos impiden, en principio, obtener un relato acabado sobre la misma.

De la multiplicidad de fuentes sobre esta batalla (Diodoro Sículo, Frontino, Justino, Plutarco, Pausanias y Polieno), se obtienen relatos fragmentarios, incompletos e incluso contradictorios que no ayudan, en principio, a conformar un relato coherente y completo de la misma.

El primer problema importante, es que ninguno de los autores citados, ofrece un relato completo de la batalla. Apenas fragmentos aislados e incompletos. Tampoco hay entre las fuentes, por ejemplo, referencia clara sobre el terreno y la posición de los ejércitos enfrentados. Incluso la dimensión (aunque algunas cifras se ofrecen, estas son parciales) y la composición de las fuerzas empleadas (tipos de tropas y armas involucradas) es difícil de deducir de los textos citados. Curiosamente, no hay menciones sobre el uso de la caballería, ni siquiera cuando se refieren a Alejandro. Arma que sabemos empleaba magníficamente el joven macedonio. E incluso, plantean situaciones tácticas opuestas, o por lo menos diferentes para un mismo ejército (la maniobra de Filipo contra los atenienses, y el ataque de Alejandro al Batallón Sagrado de Tebas), a partir de las cuales, adjudican unos la victoria a Alejandro, otros a Filipo. Pero que, de haber ocurrido juntas, plantean aún más interrogantes, no sólo a la hora de entenderlas dentro de un plan de batalla coherente, sino también individualmente, por los riesgos que implica su ejecución.

Entonces el relato sobre esta batalla, que surge de la "reconstrucción" que podamos hacer de todos los fragmentos conocidos y que mencionen algún aspecto de la batalla, debe ser revisado y contrastado. Será necesario realizar un análisis concienzudo de estos textos citados, y cruzarlos con información proveniente de la arqueología para ver finalmente que, lo que inicialmente parece contradictorio no lo es tal; que las situaciones opuestas, podría ser en realidad complementarias; y que, lo que en principio resulta ser caótico, en realidad forma parte de un muy elaborado plan de batalla, salido de una de las mentes más brillante en el arte de la guerra: Filipo II de Macedonia.

Antecedentes

Filipo II había llevado la paz en 346 a. C. a una Grecia devastada por la guerra poniendo fin a la Tercera Guerra Sagrada y a sus diez años de conflicto con Atenas por la supremacía en el mar Egeo norte con la Paz de Filócrates. Filipo contaba con un reino ampliado, un poderoso ejército y abundantes recursos, lo que lo convirtió de facto en el líder de Grecia. Para muchas de las ferozmente independientes polis griegas, el poder de Filipo en el 346 a. C. fue percibido como una amenaza a su libertad, especialmente en Atenas, donde el político Demóstenes lideró los esfuerzos por desembarazarse de la influencia del rey macedonio. Cuando en el 340 a. C. Atenas formó una alianza con una ciudad que estaba siendo asediada por las fuerzas de Filipo, este perdió finalmente la paciencia y le declaró la guerra al Estado ático. Filipo no fue en principio un beligerante de la Guerra Sagrada, pero se involucró a petición de los tesalios.

Viendo la oportunidad de expandir su influencia dentro de la propia Grecia, Filipo propició y obtuvo entre los años 353 a.c. y 352 a.c. una victoria decisiva sobre la Fócida en la batalla del Campo de Azafrán, en Tesalia.Tras este éxito el rey macedonio fue nombrado Arconte de Tesalia, lo que le dio el control sobre los impuestos e ingresos de la Liga Tesalia y aumentó en gran medida su poder. Filipo no intervino más en la Guerra Sagrada hasta 346 a. C.

A comienzos del año 346 a. C., los tebanos, que habían soportado el mayor peso de la Guerra Sagrada, junto con los tesalios, pidieron a Filipo que asumiera el liderazgo de Grecia y se uniera a ellos en la guerra contra la Fócida.Para entonces el poder de Filipo era tan grande que la Fócida ni siquiera intentó la resistencia y se rindió ante él, por lo que el rey macedonio puso fin a un conflicto particularmente sangriento sin llegar a combatir. Otorgó al consejo de la Anfictionía la responsabilidad de castigar a la Fócida, pero se aseguró de que sus condiciones no fueran demasiado duras. A pesar de ello, la Fócida fue expulsada de la liga Anfictionía, sus ciudades fueron destruidas y sus habitantes reasentados en pueblos de no más de 50 casas.

Los ejércitos enfrentados.

El primer reto será comprender la magnitud y características de las fuerzas enfrentadas y sus mandos. Serán estas cualidades, con sus virtudes y deficiencias, las que permitan comprender, primero la elección del terreno por parte de los griegos, y luego las decisiones tácticas adoptadas por estos, para la batalla contra las fuerzas de Filipo. Sin embargo conviene adelantar algunas ideas. Cuando sea analizado el planteo táctico de ambos ejércitos, notaremos la intención por parte de los griegos de convertir el enfrentamiento en una batalla de infantería. Como Onomarco años antes, los griegos depositan toda su fe en su infantería. Los curtidos mercenarios de aquel estratego griego fueron capaces de plantar cara a las "nuevas" falanges macedonias y derrotarlas, no sin un buen plan de batalla obviamente. Onomarco supo anular la caballería macedonia, fijar a las falanges con su propia infantería, y castigar duramente hasta obligarla a abandonar el campo. El plan griego para Queronea, coincidiría en algunos puntos. Con este antecedente, y el estudio de las fuentes, podemos deducir una cantidad de situaciones que nos permitan avanzar sobre algunas certezas en cuanto a las características de los ejércitos enfrentados.

Comencemos con el análisis de las fuentes escritas. Sobre el ejército macedonio, la única fuente en dar datos es Diodoro (Dio.Bib.Hist.16.85.5) quien dice que Filipo reunió "más de treinta mil infantes y no menos de dos mil caballos" incluyendo a sus aliados (tesalios principalmente). Sin embargo no hay detalle en este autor (ni en el resto de las fuentes), sobre el tipo de tropa y los efectivos disponibles para cada una. Nada sabemos de la infantería de proyectil (cantidad y características) seguramente presentes. Tampoco es claro si participaron o no los famosos hipaspistas, protagonistas de las principales batallas de Alejandro en el futuro. Existe una referencia no muy clara en Diodoro que dice que Filipo, tras indicar a Alejandro cuál era su posición "él mismo a la cabeza de hombres selectos, ejercía el mando sobre los demás" (Dio.Bib.Hist.16.86.1). Cita que suele interpretarse en realidad como su tropa de caballería de élite ("hetairoi" o "compañeros").

Lo que es muy factible, es que su ejército presentará una vez más su "nueva" falange, la cual, descontando aliados y tropas de proyectil (probablemente cinco mil cada uno), apenas superaría los veinte mil hombres. Esta tropa de infantería, junto a su poderosa caballería, representaba la base de su ejército. Y esta última (la caballería) tal como las victorias previas demostraron, cumplia un rol central e importantísimo en el esquema ofensivo del ejército macedonio. Dos veladas referencias en Diodoro, parecen hacer referencia a la caballería macedonia. La primera, que ya mencionamos, en referencia a los "hombres selectos" de Filipo. Y la segunda, cuando refiere que Alejandro, "hábilmente secundado por sus hombres", tiene éxito en romper la línea griega, éxito que repiten sus "compañeros". Ambas referencias, parecen mencionar a los "hetairoi" o compañeros de caballería, aunque no es algo que podamos afirmar de forma rotunda.

Diodoro no ofrece números para las tropas coaligadas griegas, sólo alcanza a señalar que: "(...) Ahora que habían doblado sus fuerzas armadas gracias a la alianza con los Beocios, los Atenienses recobraron su confianza (...)" (Dio.Bib.Hist.16.85.1). Es decir que, a las fuerzas aportadas por los atenienses, debemos sumar un contingente similar de tebanos, bajo el mando de Teágenes de Tebas.

Para más detalles debemos recurrir a Plutarco (Plu.Dem.17), quien habla de "quince mil infantes y dos mil caballos, además de las milicias ciudadanas<!--[if !supportFootnotes]-->[3]<!--[endif]-->", que se interpreta como reclutados por los atenienses entre su propia gente, pero también sus aliados. Las cuales estarían bajo el mando de Cares y Lisicles según Diodoro, o Estratocles según Polieno. Esta cifra, sin embargo, no incluye a los tebanos (aún por definir su alianza en el texto de Plutarco) pero que sabemos aportaron para la batalla, según la cita de Diodoro, similar número al ateniense. En sus biografías de Alejandro (Plut.Alej.IX) y Pelópidas (Plut.Pel.XVIII), Plutarco<!--[if !supportFootnotes]-->[4]<!--[endif]--> menciona dos veces al batallón sagrado de Tebas dentro de la batalla de Queronea. Vale recordar que se trataba de la elite guerrera de Tebas, la mejor tropa de entre los griegos coaligados, y nunca vencida en batalla hasta el momento.

Mención aparte, merece cierta referencia de Plutarco en la misma cita del texto sobre Demóstenes, que dice textual: "y se recogió copiosamente caudal y sueldos para los estipendiarios" (Plu.Dem.17). Sin dudas, clara referencia a la contratación de tropa profesional, de tipo mercenaria, para completar las filas griegas.

Tampoco será posible en el caso de los griegos, discriminar el "tipo de tropa" que incluyen en sus filas, puesto que no lo señalan las fuentes. Si los tebanos eran hoplitas "clásicos", es algo muy probable, pero imposible de establecer. Si los atenienses y "estipendiarios" (mercenarios), tras las reformas de Ifícrates, enrolaron tropa del tipo "peltasta ificrátida" es algo también probable, e igualmente imposible de determinar por los datos aportados por las fuentes. También es imposible determinar el número de tropa de apoyo o de proyectil, pues no hay descripciones al respecto. Pero como demostraremos más adelante, sea con hoplitas, o con ificrátidas (o una combinación de ambos), el ejército griego fue capaz de oponer una fortísima línea de infantería, en un terreno favorable, con la seguridad de poder hacer frente con éxito al ejército macedonio.

Probablemente los griegos fueron algo superiores en número en cuanto a infantería de línea, pero esta diferencia no debe haber sido muy grande. Aunque si lo suficiente como para decidirse a llevar el enfrentamiento a una batalla de infanterias. Es muy probable que los contingentes de atenienses y tebanos fuesen los más numerosos, le seguirían seguramente en cantidad los "estipendiarios", y luego el resto de los aliados presentes. El número final de infantería de línea griega rondaría los treinta mil hombres, incluyendo la infantería liviana. La mejor caballería de Grecia, la originaria de la Liga Tesalia, formaba alianza con Macedonia, cuestión que ayuda a entender la superioridad macedonia en este rubro.

En este punto, es importante hacer referencia a las diferencias entre ambos ejércitos que se pueden interpretarse a partir de los textos. Diodoro dice que "(...) ambos bandos estaban ansiosos de trabar batalla, con buen ánimo e impacientes, y estaban muy igualados en valor, pero el rey tenía la ventaja del número y de la experiencia en el mando" y destaca además que el rey macedonio "había combatido en muchas batallas de diferente tipo y había sido vencedor en la mayoría de los casos, de modo que tenía una amplia experiencia en operaciones militares..." por el contrario, entre los griegos "los mejores generales estaban muertos (Ifícrates, Cabrias y Timoteo) y el mejor de los que quedaban vivos, Cares, no era mejor que cualquier soldado medio en la energía y discreción requeridas a un comandante" (Dio.Bib.Hist.16.85.6/7). Es decir, para Diodoro, la ventaja de los números y de la experiencia estaba del lado de los macedonios.

Filipo "situó a su hijo Alejandro, joven en edad pero destacado por su valor y rapidez en la acción, en el flanco izquierdo, colocando a su lado a sus generales más experimentados como Parmenión y Antígono. mientras que él mismo a la cabeza de hombres selectos ejercía el mando sobre los demás". El centro macedonio era comandado por Atalo con el apoyo de Antioco .

Los Tebanos dirigidos por Teágenes con su famoso Batallón Sagrado integrado por 150 parejas de guerreros amantes, , formaron en el flanco derecho del dispositivo griego, junto al río Cefiso, frente a las tropas de Alejandro.

Los Atenienses encabezados por Cares de Atenas formaron en el flanco izquierdo, junto al riachuelo Hemo, cubriendo la vía de escape, enfrentando las unidades de Filipo. El centro griego, se le encargó a los aliados de los Beocios que eran mandados por el general Lisicles.

De esta forma, la línea griega, ocupaba unos 9 estadios (4 kilómetros), en los "bordes" del campo, el río y las estribaciones rocosas, y cubría su ruta de escape al mismo tiempo que maniobraban claramente para anular toda posibilidad a la caballería macedonia, que se había mostrado superior en anteriores combates.

Debido a que los griegos permanecían a la defensiva, pues sólo pretendían detener el avance macedonio, su posición era estratégica y tácticamente muy sólida.

La Batalla

La batalla fue muy disputada durante mucho tiempo y hubo muchas bajas en ambos bandos, de modo que durante largo rato el combate dio esperanzas de victoria a ambos bando. El joven Alejandro, que tenía su corazón puesto en mostrar su destreza a su padre, tuvo éxito en romper la línea griega ayudado por sus compañeros y finalmente consiguió poner en fuga el ala derecha aliada. Mientras tanto, Filipo avanzó personalmente contra la izquierda griega y la puso en fuga.

Filipo combatió la izquierda griega, pero luego retiró sus tropas, que fueron perseguidas por los atenienses. Cuando llegó a una zona elevada, detuvo la retirada, atacó a los atenienses y los derrotó. En otra estrategia Filipo prolongó deliberadamente la batalla para obtener beneficio de la inexperiencia de los soldados de Atenas, los veteranos soldados macedonios estaban más acostumbrados a la fatiga y retrasó su ataque principal hasta que los atenienses estuvieron exhaustos.

Cuando el combate general hacía tiempo que había comenzado, Filipo trató de realizar con su ejército un movimiento de giro, retirando su ala derecha y haciendo rotar toda la línea sobre su centro. Al mismo tiempo, empujando hacia delante, el ala izquierda macedonia atacó a los tebanos del ala derecha aliada y abrió brecha en la línea griega. En la izquierda helena los atenienses persiguieron a Filipo, pero su línea se alargó y desordenó, momento en el que los macedonios dieron la vuelta, atacaron y pusieron en fuga a los exhaustos e inexpertos soldados de Atenas. El ala derecha griega, asaltada por las tropas macedonias dirigidas por Alejandro, también comenzó la retirada, poniendo así fin a la batalla.

En la Batalla de Queronea murieron más de mil atenienses y fueron hechos dos mil prisioneros, mientras que los tebanos sufrieron unas pérdidas. Perecieron los 300 componentes del Batallón Sagrado, antes considerado invencible.

Ya en época romana se creía que el León de Queronea, un enigmático monumento escultórico erigido en el lugar de la batalla, marcaba el lugar en que yacía el Batallón Sagrado. Unas excavaciones modernas encontraron los restos de 254 soldados enterrados bajo el monumento, por lo que se acepta generalmente que en efecto se trata de la tumba del Batallón Sagrado, ya que es poco probable que todos sus componentes fueran asesinados.

Consecuencias

La Batalla de Queronea fue una de las batallas más decisivas de la historia antigua. Después de esa batalla ningún ejército heleno podría impedir el avance de Filipo II de Macedonia, y la guerra llegó a su fin. En Atenas y Corinto los registros informan de los desesperados intentos por reconstruir las murallas de las ciudades y prepararse para un asedio. Filipo no tenía intención de sitiar ninguna ciudad, ni tampoco de conquistar Grecia, pues su intención era que los griegos fueran unos aliados para su planeada invasión del imperio persa y que el mundo heleno permaneciera estable en su retaguardia mientras emprendía la campaña en Asia, por lo que seguir luchando era contrario a sus deseos. El rey macedonio marchó primero hacia la ciudad de Tebas, que se rindió a él, tras lo que expulsó a los líderes que se le habían opuesto, los sustituyó por tebanos favorables a los macedonios que habían sido exiliados y estableció una guarnición macedonia; ordenó que las ciudades beocias de Platea y Tespias, destruidas por Tebas en anteriores conflictos, fueran reconstruidas. Filipo trató de forma severa a los tebanos, haciéndoles pagar por la liberación de sus prisioneros e incluso por el entierro de sus caídos, pero no disolvió la Confederación Beocia.

Filipo fue indulgente con Atenas. Aunque disolvió la Segunda Confederación de Atenas,les permitió conservar su colonia en la Isla de Samos y sus prisioneros fueron puestos en libertad sin pagar rescate. Los motivos de Filipo no están muy claros, pero una posible explicación es que tenía la esperanza de emplear la flota ateniense en su campaña contra Persia, pues Macedonia no contaba con una armada poderosa y por tanto necesitaba ganarse a la capital del ÁticaEl rey macedonio hizo la paz con otros aliados, Corinto y Calcis, que controlaban localizaciones estratégicamente importantes recibieron una guarnición macedonia.

Esparta, no había tomado parte en el conflicto pero podíaaprovechar la situación para sacar provecho de la delicada situación de otras polis para atacar a sus vecinos en el Peloponeso. Los espartanos rechazaron la invitación de Filipo para entrar a negociar y en respuesta los macedonios arrasaron su región, Laconia, pero sin llegar a atacar a la propia Esparta.

En los meses siguientes a la batalla de Queronea Filipo se movió por Grecia haciendo la paz con otras polis, negociando con los espartanos e instalando guarniciones. Sus movimientos probablemente fueron una demostración de fuerza al resto de ciudades helenas para que no trataran de oponerse. A mediados de 337 a. C. parece que estaba acampado cerca de Corinto y comenzó a trabajar para crear una liga de Ciudades-Estado que garantizara la paz en Grecia y le proveyera asistencia militar contra Persia. El resultado fue la formación de la Liga de Corinto en la segunda mitad de ese año en un congreso organizado por Filipo. Todas las polis, salvo Esparta, firmaron la liga.

Los términos principales del acuerdo fueron que todos los firmantes eran aliados del resto de polis y del Reino de Macedonia, y que todos tenían libertad de atacar, de navegar y de interferir en asuntos internos. Filipo y las guarniciones macedonias instaladas en Grecia actuarían como garantes de la paz. A instancias de Filipo, el sínodo de la Liga declaró la guerra a Persia y votó al rey macedonio como estrategia de la próxima campaña militar.

fin


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